MUDRAS
No solo son las manos, es todo, una postura total, manos, gesto etc.
Para ayudar a nuestro bienestar, necesitamos estar bien espiritual, física y mentalmente para luego poder estar bien socialmente. Cuando vamos a una simple y común clase de Yoga, lo primero que hacemos es quitarnos el estrés nocivo, relajandonos y dejando que nuestro profesor de Yoga asuma la responsabilidad del grupo, guiar la clase.
Simplemente, nos relajamos y no nos preocupamos de que debemos hacer, siguiendo las indicaciones de nuestro profesor. El nos indica posturas que nos rompen tensiones, respiraciones que nos calman y llenan de oxígeno.
Comenzamos a tener tiempo para nosotros mismos. Podemos concentrarnos en nosotros y brindamos atención a como estamos en realidad.
Parece que el tiempo se vuelve más lento, que todo se cambia, que las preocupaciones mentales se van con las tensiones musculares y que el espíritu se suelta, permitiéndonos sentirnos a nosotros mismos.
Ese oasis de paz aumenta en la relajación y luego se potencia con los Mantras, música al final de la clase, que se asemejan a una canción de cuna para adultos, el resultado es un momento de bienestar extraordinario. a eso le agrego luego, un cambio diario en mi forma de alimentarme, o sea, en la forma de respirar y comer.
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